No es cuestión de físico, es cuestión de actitud

¡Las mujeres! Somos poderosas. Somos asombrosas. Somos hermosas. Pero a veces no nos damos cuenta. La felicidad y las oportunidades pasan frente a nosotras, pero no vemos eso porque estamos ocupadas, no sé, tal vez pendientes a esas «mujeres bonitas» que logran todo.

Vamos, es natural. Muchas de nosotras pensamos que algo anda mal con nuestros cuerpos y que, a consecuencia de no ser «bonitas» tenemos la condena de ser infelices. Pero, siendo honesta, no es así.

Lo han dicho especialistas, lo han dicho mujeres emprenderoras, lo notamos cuando recuperamos nuestra seguridad y autoestima; y ahora lo recalca la nueva película I feel pretty, protagonizada por Amy Schumer.

Esta comedia romántica, dirigida por Abby Kohn y Marc Silverstein, cuenta la vida Reene, una mujer que como nosotras, cada día lucha y pelea con sus inseguridades, pero que gracias a una caída, cree ser una mujer fuerte, independiente, hermosa y con una actitud increíble.

Gracias a su seguridad logra estar mejor en su trabajo, logra conseguir que los hombres la encuentren interesante, apuesta por ser modelo y otras cosas que solo viendo la película podrás saber.

Y aunque cumple su propósito; ser una comedia que nos muestra que realmente solo tenemos que creer en nosotras, tiene sus desaciertos. Primero, la protagonista no es una chica fea ni gorda. Ni siquiera una de las dos, así que si ella, que es hermosa, representa a una mujer no hermosa/flaca; imagínate cómo nos verán a nosotras, las simples mortales.

Segundo, considero que pudieron sacarle más jugo a Amy Schumer. Cuando estás acostumbrado a verla en su serie de televisión, sientes que su papel está vacío. Ella es graciosa y actúa muy bien, pero pudieron darle mucho más.

Tercero, aunque a la película la salvan las grandes actuaciones que en ella se presentan, en mi opinión, falla en el guion y en el trabajo de dirección.

I feel pretty cumple su cometido ya que logra sacar carcajadas gracias a su reparto, nos regala varios cameos y envía un mensaje, aunque a veces el mensaje sea contradictorio. Al final de la cinta, la protagonista nos regala un discurso que puede ponernos la piel de gallina… aunque lo haga para vender cosméticos.