Lo sé. Luego de leer ese título tan expresivo te dan ganas de dejarme muchos comentarios aconsejándome que siga comiendo soltera y feliz, pero que por favor no tenga pareja NUNCA. Es natural, no te culpo, pero antes de comenzar a odiarme, siéntate derecho y ódiate a ti mismo por pensar que no soy esa mujer detallista que cuenta con palabras sacadas de las grandes obras de Nicholas Sparks.
No es mi culpa que una necesidad biológica como cagar, sea catalogada como algo asqueroso y no como algo natural y necesario. Sí amiguito, sepa que cagar es completamente natural y necesario. No frunzas la ceja, déjame explicar el porqué soy una sensiblera empeñada en amar de esta manera. ¡Espera! Dame el break chico. No te alarmes.
A través de los años las personas se han empeñado en cambiar el significado de las cosas y las palabras. Si no me crees piensa en la palabra cabrón. Cuando escuchas esa palabra no sabes si reír, llorar o alegrarte porque hiciste algo maravilloso. Lo mismo ocurre cuando te enojas y dices: «¡Qué jodienda, coño!» o cuando haces algo que parecía imposible y dices: «¡Coño lo logré!».
Así mismo sucede cuando hablamos de la palabra cagar. Al menos cuando pensamos en ella solo aparecen en nuestra mente imágenes desagradables que provocan asco. La mierda es mala. La mierda ensucia. La mierda apesta. La mierda no vale nada. Y aunque sí es cierto que muchas veces puede resultar desagradable, la mierda es algo necesaria. Por está razón estoy segura que cuando leíste el título rápido pensaste que como cagar es algo «asqueroso», pensar en ti también lo es.
Con una sonrisa en mi cara tengo que decirte que te equivocas. Cagar es una necesidad. Cuando tú cagas te liberas de las toxinas dañinas que tu cuerpo tiene que liberar. Cuando cagas limpias tu cuerpo. A menos que padezcas de estreñimiento, cuando cagas no sufres. La visita al baño se vuelve placentera, además de rutinaria. Una persona que va al baño sin dificultad lo hace alrededor de tres veces al día. Si tienes suerte, lo visitas muchas veces más. Cuando cagas sin ningún tipo de esfuerzo lo haces de una manera más fácil y completa. Esto ayuda a prevenir el cáncer de colón, el apendicitis y la enfermedad intestinal inflamatoria. Así que si cagar te ayuda a no enfermarte y por ende, a no preocuparte hasta llorar de sufrimiento, ¿por qué sería algo desagradable como para poner cara de asco cuando hablas de eso?
Ahora dime si verdaderamente hablar de mierda (como lo estamos haciendo en este momento) es malo. No es malo. Como tampoco es malo comparar el pensar en una persona con eso. En la mayoría de las ocasiones la gente lo compara refiriéndose a que como cagar es desagradable, pues pensar en alguien también lo es. Pero eso se lo dejo a los peleones que no saben lo qué quieren en una relación y siempre están tirándose indirectas en Facebook que buscan por Google.
Te exhorto a que no seas como ellos y te conviertas en una persona like me. Yo no considero que cagar sea algo malo, como dicen por ahí, le di vuelta a la tortilla y veo esa necesidad biológica como no la han visto en años. Si cagar es una necesidad, el pensar en ti también lo es. Si cagar te limpia y te libera de toxinas, el pensar en ti también me libra de cosas tóxicas. Si cagar saludable es hacerlo de manera habitual, el pensar en ti también se convierte en un hábito.
Así como, algunos tenemos la dicha de visitar el baño más de tres veces al día, el pensar en ti TODO el día es igual a una dicha que me mantiene una sonrisa. Y como cagar previene enfermedades y nos evita sufrir, pensar en ti alivia mi presión, ayuda a que tenga alguna motivación, me ayuda a mantenerme despierta y sin sufrimiento alguno. Y lo más importante, me dibuja una sonrisa que no se apaga; la misma sonrisa que provoca cagar cuando nos urge y llevamos rato sin poder hacerlo.
¿Te atreves a decirme que tengo razón y que cagar y pensar en ti es lo mismo? Yo creo que deberías. Vamo’ te sorprendí, lo sé.
¡Me encantó
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