Las cosas como son

Existen otras prioridades y no son las faldas ni los pantalones

Primero que todo, empezaré diciendo que no pretendo ofender a nadie, aunque hablando con el corazón en la mano, realmente no me interesa si eso pasa o no. Siempre que voy a escribir sobre un tema que ha dado mucho de qué hablar, hago la salvedad para que el puertorriqueño changuito no tome como personal lo primero que lea. Habiendo aclarado, lo que no tengo que aclarar porque este es mi blog y mi espacio, comienzo.

El Departamento de Educación desde antes de la primera llegada de Jesús al mundo ha tenido sus fallas. Fallas que en su momento fueron pequeñas y que pasaron por «no son tan importantes», pero que al final se convirtieron en enormes e irrevocables. Muchas de estas fallas, aunque empezaron antes de poder cursar mi escuela elemental, no me afectaron. Lamentablemente sí a mis primos, a mis vecinos y a sus hijos que están en estos momentos sentados en unas sillas todas rotas dentro de un salón al que no le funcionan todas las bombillas.

El que su hijo esté entrando por un lugar donde en el techo exista un enjambre de abejas y donde no hayan libros para leer se debe a las malas decisiones que ha tomado el departamento por los siglos de los siglos, sin importar qué partido político haya estado en ese momento. No, la falta de higiene en los baños no es culpa del maestro joven o de la maestra que le gusta fumar después de las 3:00 de la tarde. No, tampoco es porque el conserje es mayor. Simplemente hay otras prioridades más importantes para ellos que tener en el futuro a un pueblo educado y sabio. Creo que les conviene a ellos mantener a los que suben un poco menos inteligentes.

El que un familiar tuyo estudie en una escuela con un baño así no es culpa del conserje ni de los maestros jóvenes. Es culpa del Departamento de Educación que no atiende los problemas que aquejan a la comunidad escolar.
El que un familiar tuyo estudie en una escuela con un baño así no es culpa del conserje ni de los maestros jóvenes. Es culpa del Departamento de Educación que no atiende los problemas que aquejan a la comunidad escolar.

Y como «para muestra con un botón basta» le invito a que recuerde cuántos libros y novelas han eliminado del currículo escolar porque según ellos (el Departamento de Educación) no son necesarios para el desarrollo escolar del estudiante. ¿Usted  tiene idea de cuántos cuentos infantiles que fomentaban valores en los niños han eliminado? ¡Claro que sí! Si es mayor que yo debe recordar todos los libros que usted leía en sus primeros años escolares. ¿Se acuerda del Coquí Viajero? Yo sí y también de Páginas de ayer y de hoy, color azul y de carpeta dura.

Hacer modificaciones cada nuevo año escolar no es malo. Malo es hacer modificaciones que atenten contra el crecimiento educativo y personal del estudiante. Eliminar un libro o dos no es malo. Eliminarlos todos sí. Cambiar libros por obras de teatro, tampoco lo es. El problema es que las funciones escolares no se están llenando. No hay problema en seguir una carta circular porque soy una mujer consciente y sé que existen reglas, pero cuando la carta circular parece un chiste del desaparecido programa Burundanga, hay que detenerse y replantearse las cosas.

El pasado lunes 12 de octubre de 2015, salió a la luz un cambio en la política de los uniformes de nuestras escuelas públicas. El secretario de Educación, Rafael Román, firmó una carta circular en la cual le permite a estudiantes del sistema público seleccionar el uniforme que desean vestir para que estos están más cómodos según su identidad de género. Aunque es un gran paso para la aún odiada (por algunos) comunidad lésbica, gay, bisexual, transexual y transgénero (LGBTT), considero que es un cambio hecho a la ligera sin pensar en las consecuencias.

Acepto que el modelo de enseñanza en las escuelas públicas no debería verse afectado si un niño trae puesto una falda. Tampoco es menos inteligente una niña que desea usar pantalones. Aunque recordemos que ya en algunas escuelas no hay faldas ni pantalones, solo sudaderas. Lo que quiero decir es que si un niño quiere usar falda, su retención será igual a cuando vestía pantalones.

Es muy bonito que desde pequeños uno pueda sentirse cómodo en su propia piel, pero este cambio no debió ser aprobado por una simple razón: no hubo ni hay una educación adecuada sobre la perspectiva de género. ¿Usted es consciente de lo crueles que son los estudiantes cuando ven a una persona que no es como ellos? ¡Imagínese cómo podrían tratar a un niño que usa falda!

Puerto Rico no tiene una cultura como Escocia. Puerto Rico no lee, no se educa. Mi hermosa, caliente y bruta Isla del Encanto no sabe todavía distinguir entre la B y la V. Las tradiciones aquí no son las de usar faldas; son las de cargar armas en los bolsillos. A menos que este país sea como Escocia, por ejemplo, no va a actuar con normalidad al ver a niños con falda, empezando desde los directores, vamos. Los primeros que se suponen que no condenen ni discriminen, serán los primeros en volverse un ocho cuando pase una situación como esa en su escuela.

Cuando Puerto Rico tenga una cultura como la de la foto, me llaman para hablar de faldas y pantalones.
Cuando Puerto Rico tenga una cultura como la de la foto, me llaman para hablar de faldas y pantalones.

Esto es algo bobo, pero no han decidido aún (o no han hablado) a cuál baño los niños con faldas deberían ir. Suena estúpido, pero es una de las grandes preguntas que se formularon esta grandiosa semana y lamentablemente no la aclararon nunca. Si los niños con faldas pueden ir al baño de las niñas, ¿quién me asegura a mí que un niño no se ponga falda solo por joder y poder entrar al baño a ligar y a molestar? Usted se hará el más correcto y el de «eso a mí no me importa», pero si se entera que un niño con falda entró al baño de las nenas a molestar a su hija, pondrá el grito en el cielo y comenzará a protestar. Pues mire, edúquese desde ahora antes de que comience el revolú.

Ricky Martin no usó faldas en sus años de estudios y es una persona homosexual. La persona será homosexual utilice faldas o no. Así que es mucho más importante educar sobre la perspectiva de género y sobre el acoso escolar (bullying) que sobre faldas y pantalones. El departamento debe visitar escuelas que hasta el sol de hoy no tienen agua, materiales escolares ni facilidades para niños impedidos. El departamento debe ajustarse los pantalones y tratar mejor a los maestros. Debe tirarse pa’l monte y ver cómo están las cosas realmente.

REPITO, es hora de que la Comunidad LGBTT tenga unos derechos que hasta ayer eran imposibles, pero en un mundo donde por mirar mal te matan, hay que comenzar a caminar distinto. Eduquemos a nuestros niños para que sepan que todos somos hermosos sin importar cómo seamos. Eduquemos a nuestros niños a no molestar ni humillar para que cuando crezcan puedan convivir en un mundo de armonía junto a sus pares sin importar si son homosexuales o no. Eduquemos para que el día en que sean adultos y vean a un hombre usando faldas no le caigan a golpes. Eduquemos sin descanso porque primero faltan muchas cosas por aprender antes de que decidan sus hijos si usar faldas o pantalones. Eduquemos para que exista la EMPATÍA sin importar la talla de ropa o el color de piel. Eso es mejor que lo que se quiere hacer.

Hagamos todos una nueva "carta circular". Eduquemos a nuestros niños a ser mejores entes en la sociedad en la que viven. Cuando crezcan que decidan qué ropa ponerse.
Hagamos todos una nueva «carta circular». Eduquemos a nuestros niños a ser mejores entes en la sociedad en la que viven. Cuando crezcan que decidan qué ropa ponerse.

Recuerde que en un país donde todos tienen «los cascos calientes», existen otras prioridades y no son las faldas ni los pantalones.

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