Amor mío:
Te escribo estás letras con la esperanza de que puedas algún día leerlas con detenimiento pues ellas representan el amor que ha crecido dentro de mí desde que te conocí por primera vez.
De esa primera vez que sentí tu piel y me perdí en tu mirada, ya han pasado nueve meses. Nueve meses que se han convertido en los mejores meses que he vivido.
Pensaba que había vivido cosas maravillosas en mi vida, pero la realidad es que desde que te cruzaste en mi camino, aprendí que la vida, aunque bonita, no era nada sin ti.
Llegaste a llenar mi vacío con tu espacio. Mi tiempo con tu delicadeza. Mi miedo con tu valentía. Mi cuerpo grande con tu frágil calor. Mi fe con tu esperanza. Sí, no le ves ahora, pero eres esperanza.
Hace nueve meses quería estar sola e imaginaba un mundo con posibilidades infinitas. Hoy, las sigo imaginando, pero junto a ti. ¡Y es que el amor es así!
Cuando llega, llega sin más. Sin pedir permiso te cambia y renueva. Te madura y te enseña. Y tu amor mío, me diste una vuelta de 180 grados. Soy más madura por ti. Soy más cuidadosa por ti. Soy más precavida por ti. Soy otra por ti.
Y hoy, día en que cumplimos nueve meses; sí porque nací de nuevo con tu llegada, te celebro. Celebro tu dulzura, tus dientes, tus berrinches y tus muecas.
Celebro que me ames. Celebro tus babas, tu olor, tu llanto y corajes. Celebro tu comida, las frutas que te gustan y nuestras canciones. Celebro que me ames, aunque no tenga idea de cómo ser el mejor ejemplo para ti.
Celebro que tus padres me amen. Celebro tu confianza y la de tus padres. Celebro nuestras historias, el dormir junto a ti y el despertar viendo cómo me miras sonriendo.
Hoy celebro al perro pastor alemán que adoptó un gato judío (solo tú y yo nos entendemos). Celebro tu vida y tus nueve meses.
Te celebro a ti. Completa. Sin dudas ni fallas.
Te amo mi Leia Alexandra,
Madrina K.