La escuela Segunda Unidad Bayamoncito, en el pueblo de Aguas Buenas, amaneció con cadenas en sus portones, impidiendo así la entrada de maestros, estudiantes y demás personal que trabaja en la misma. Esto como consecuencia a un cambio en la organización que el Departamento de Educación (DE) quiere imponerle a casi tres semanas de haber empezado las clases.
La comunidad escolar y vecinos del pueblo de Aguas Buenas, se mantuvieron frente a los portones de la escuela desde tempranas horas en la mañana como señal de protesta al considerar estos cambios injustos e innecesarios.
“El Departamento de Educación quiere cambiar todo sin consultarlo. Quiere quitar maestros luego de que los estudiantes han comenzado sus clases. Si quitan maestros, los niños no aprenden, se atrasan. Toda la estructura escolar sufre”, comentó la madre de un estudiante de quinto grado, quien prefirió estar bajo anonimato.
Por otra parte, la maestra Eva L. Ayala Reyes, líder de la organización magisterial Educamos comentó que la Región Educativa “nos comunicó que iban a cambiar todo. Nos informaron que se llevarán dos maestras de cuarto a sexto, que subirán el quinto y sexto grado a intermedia. También, que reducirían los grupos de noveno de cuatro grupos a tres, los de octavo grado de tres a dos grupos y los de séptimo grado de tres a dos grupos”.
Eva L. Ayala añadió que “eso tiene el efecto de que haya grupos de hasta 32 estudiantes y posiblemente más, violando incluso la propia carta de organización del DE. Esto causa problemas de hacinamiento. Le están quitando a la escuela varios maestros luego de comenzar las clases y sin ninguna justificación. Ante eso, la comunidad decidió paralizar la escuela”.
“No podemos dejar a nuestros niños sin maestros y sin la educación que tanto se merecen”, se escuchó decir cerca de los portones.
La comunidad escolar le hizo un llamado al señor Rafael Román Meléndez, quien es el secretario de Educación, a que atienda esta situación y analice bien lo que está tratando de implementar ya que los estudiantes tienen el derecho de aprender y de que se les atiendan sus necesidades como futuros entes de bien en la sociedad.
“El portón no se abrirá hasta que hayamos ganado esta pelea. No podemos rendirnos, no vamos a dar nuestro brazo a torcer. Mis hijos, cada uno de los estudiantes de este plantel nos necesitan”, explicó Luz Morales, madre de dos niños estudiantes de dicha escuela.
