Jurassic World: El Renacer… y el bostezo

Hay películas que no te cambian la vida, pero al menos te entretienen. Esta de la que te voy a hablar… bueno, esta te hace pensar en el snack que no quisiste comprar. Fui a ver Jurassic World: Rebirth con cero expectativas y como quiera logré decepcionarme. Y eso que tenía todo para ser un peliculón: Scarlett Johansson y Jonathan Bailey, efectos espectaculares y animales prehistóricos que rugen bonito. Pero resulta que no basta con eso si el guion tiene la emoción de un lunes a las 8 a.m.

Y si estás esperando acción desde el arranque… siéntate con calma, porque aquí se toman su tiempo. Mucho tiempo. La trama se cocina a fuego lento, pero no porque la comida se vaya a cocinar bien. Más bien como cuando dejas arroz en la olla y te olvidas que lo pusiste. El suspenso apenas asoma la cabeza a la media hora y para cuando llega la primera secuencia decente de persecución, ya tú estás pensando en revisar el celular.

La película llega con cartel de súper producción: Jonathan Bailey, Mahershala Ali y hasta un villano corporativo de manual que uno ya ha visto en trescientas franquicias. Los dinosaurios, eso sí, están brutales. Literalmente brutales. Mejor diseñados que nunca, con texturas que parecen salidas de un documental del Discovery Channel en 8K. Pero ojo, los efectos especiales, aunque bastante chulos y bien hechos, se sienten demasiado ficticios para mi gusto. Como cuando te das cuenta que estás viendo una foto retocada en Instagram: todo se ve bonito, pero algo no termina de convencerte. Para mí, eso le quita un poco de esa magia de “esto podría pasar” que tuvo la primera película.

Pero con todo y eso, lo que falta es alma. Falta emoción. Falta… algo. Como cuando tienes una cena carísima frente a ti, pero no tienes hambre. Así se siente Jurassic World: Rebirth.

No lo digo solo yo, aunque me encanta decirlo. Las críticas están divididas: Rolling Stone la llama una “aventura ligera”; Infobae dice que “no satisface en casi ningún nivel” (gracias, alguien tenía que decirlo); y mis colegas, a quienes amo cuando hablan sin miedo, la ponen por el piso (y con razón).

Para rematar, dos paleontólogos (lo digo en sentido figurado) se sentaron al lado mío a contar todos los errores científicos de la película. «Que si ese animal no es un dinosaurio, que si los rugidos están inventados, que si ya es hora de ponerles plumas». Yo, por mi parte, sólo quería que pasara algo. Lo que fuera. Pero me dieron una historia tan predecible que terminé jugando mentalmente a “adivina qué línea de diálogo viene ahora”.

Claro, visualmente está hermosa. La persecución acuática, el híbrido raro con seis extremidades, el guiño nostálgico al parque original… todo eso está, ¿o no? Pero se siente como cuando te venden un helado de mantecado “de edición limitada” y al final es el mismo mantecado de siempre, solo que con empaque nuevo.

¿Vale la pena verla? Claro… si te sobran dos horas, extrañas a los dinosaurios o quieres ver a Scarlett en medio del caos. Pero si esperabas una franquicia revitalizada, algo que te hiciera sentir lo que sentiste en Jurassic Park del ‘93… mejor quédate en casa viendo la original. Al menos ahí sí te emocionabas. Y si no, pues… siempre queda Netflix y los documentales de dinosaurios de verdad.

2 comentarios

  1. De acuerdo con tu crítica. Me pareció que intentaban construirla a fuego lento (lo que no está mal) pero sin conseguir personajes memorables o con los que se pueda empatizar. Y el guión (conseguir muestras de 3 dinosaurios), no es super original y no es una sorpresa tan grande para sostener la película o que destaque comparada con las otras.
    Además entiendo a esos «paloentólogos» que estaba a tu lado criticando los errores científicos, porque aunque no soy experto en dinosaurios, si que hubo algunos momentos que me parecían inverosímiles.
    Un saludo

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    • Definitivamente, el cocinarla a fuego lento no estaba mal, pero hacerla sin «sabor», sí lo estuvo. Claro que eso es lo bonito de las opiniones y de las personas; que no todas piensan de la misma manera. Yendo por tu línea no hubo grandes sorpresas en esta película.

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