Muchas veces la madurez nos hace entender cosas que algunas personas no entienden. Por ejemplo, cuando amamos, esperamos, porque sabemos que el amor todo lo puede. No quiero sonar «clichosa», pero es cierto. Porque amamos damos tiempo; porque amamos, perdonamos; porque amamos, olvidamos, pero sobre todo, porque amamos, esperamos.
A veces esperamos cosas que otros saben que no llegarán. Pero nosotros no. Nuestra madurez, nos hace entender que sí, que el amor, puede cambiar a las personas. Y por nuestra madurez, intentamos que una relación mejore todos los días. No importa cuántas veces nos fallen, la madurez nos obliga a tomar las cosas con calma y a esperar que todo mejore. No es ser pendeja o ser pendejo; ES SER UNA PERSONA MADURA.
Ahora bien, si bien la madurez nos impulsa a aguantar y a luchar, también nos ayuda a darnos cuenta cuando algo no funcionará. Cuando sabemos que algo tiene remedio, esperamos. Cuando sabemos que algo NO lo tiene, esperamos que algo mejor llegue a nuestra vida.
Hoy, mi madurez me ha hecho entender que «esto» no tiene el remedio que siempre quise. Por más que quiera, por más que aguante, por más que espere, nunca me amarás como yo quiero que me ames. Sí, me quieres y me valoras. Eso lo tengo más que claro, pero no como quiero que lo hgas. Confías en mí, también lo sé, pero no como quiero que confíes. Me amas, pero a tu manera. Eso me lo ha enseñado la madurez.
Ya no te sufro. Ya no te lloro. Para qué hacerlo si siempre estás a mi lado. Yo ahora comprendí que sólo puedo tenerte como tú quieras y no como yo deseo. Yo tal vez desee con las ganas más fuertes de mi vida tenerte, pero esas ganas a tí te faltan, pues sólo soy tu escudo en tus momentos de soledad y dolor.
Por esta razón le agradezco a la madurez el que me haya hecho entender que si te voy a tener, tengo que hacerme la idea que no es como yo quiero. Y como dicen que con uno que quiera es suficiente, el amor tan grande que siento por tí nos sostendrá a ambos. Ya descubrí que si quiero disfrutar de tu compañía e inteligencia, tiene que ser sin condiciones y sin amarte cada vez más. Es difícil el verte a los ojos y saber que no me puedes gustar más. También es difícil recorrer tu cuerpo sabiendo que volverá a ser mío cuando tú quieras, pero no de la forma que yo quiera. Y si la madurez me ha enseñado a ser fuerte, NO PIDO QUE ME AMES, CON QUE ESTÉS AHÍ BASTA.

Wow, que hermosas palabras como si me las sacaran de mi mente. Aveces no sabemos como expresar lo que sentimos o como llamarlo, pero definitivamente encontrar las palabras adecuadas se siente tan bien. Tremendo escrito Keishla Julianna. Bendiciones!
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Gracias Natalia. El poder escribir sobre situaciones cotidianas y que ustedes, los verdaderos protagonistas se identifiquen, es realmente mi meta… Muchas veces las cosas no son como queremos, pero la madurez nos enseña tanto. Gracias por leer.
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