Ninguno de los dos pudo dormir esa noche. Ambos sabían que el momento de decir adiós era inminente, pero ninguno quería dar el primer paso. Ese viernes, él dejó su teléfono en la casa y salió a caminar a la playa. Sin prisa, con coraje porque no entendía por qué ese hilo rojo que todo… Sigue leyendo Se metió en ella, sin salirse de él